miércoles, 15 de julio de 2009

No me digas nada

Son las 9:05 de la mañana y te veo en el portal del café, te acercas, no, no me nada, por tu rostro no quiero que me digas lo que me vienes a decir, a las 9:00 nos debíamos encontrar, pero por favor, no me digas nada, ya sé lo que me quieres decir, pero no lo quiero escuchar.
Tal vez comenzarás con decirme lo mucho que me has amado o quizás comenzaras por hacer un recuento de aquellos hermosos viajes por Europa, la verdad es que no sé cómo comenzarás tu speach, pero por favor calla, no me digas nada, sé como vas a concluir, sólo con mirarte el rostro. Tal vez, comenzarás por recordar cuando nos conocimos en este mismo café a las 9:00 de la mañana un día de Noviembre, tal como hoy. Pero no me digas nada. Es así como se construye una vida juntos, pasando desde conocernos a hacernos amigos y enamorarnos para pasar a construir una relación cimentada en lo más profundo de nuestro amor, pero por favor, no me digas nada. Se viene a mí el recuerdo de aquellos días por Europa, viajando desde Portugal a España y siguiendo el camino hasta Finlandia, sin olvidar detalle alguno de cada uno de los países que logramos conocer durante un año. Pero no me digas nada, sé perfectamente lo que me vas a decir. Si tan sólo hubieses llegado 5 minutos antes. A las 9 en punto nos conocimos a fue ahí donde comenzó todo, nuestra amistad, nuestros viajes, TODO. Pero por favor no digas nada. Cómo hubiese querido que todo esto fuera verdad, nuestra amistad, nuestro amor, nuestros viajes. Tan sólo si hubieses llegado 5 minutos antes en este día de Noviembre, NOS HUBIÉSEMOS CONOCIDO, y no estaría en este café esperando a que terminaras conmigo.

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