miércoles, 20 de mayo de 2009

CARRETE

¡Dieeego!!, ¡Dieeeego!!! ¡Negro!!! Escuchó su nombre y se volteó a ver quien lo llamaba, ha claro es Carlos quien junto a Cristian, Camila, Andrea y Carolina, lo esperaban junto a una fogata inserta en la inmensidad de las arenas de Ritoque. Diego se había alejado un rato del grupo para sentarse a la orilla de la playa y contemplar las olas chocando con las rocas y que de manera imperceptible formaban durante miles de años aquella arena en la que esta noche se encontraba posado. Diego se acerca a sus amigos de edades comunes que fluctúan en los 22 años, esta noche celebran el término de clases en la universidad, si ya pasaron todo, excepto por Cristian que deberá dar exámenes de repechaje en Marzo, Cristian es bastante aplicado sin embargo ese ramo de cálculo 2 le fue esquivo en dos oportunidades, de echo él es el mayor del grupo tiene 24, cálculo es el único ramo que le faltaba para terminar la carrera y ahora estaba un poco complicado porque no quería solicitarlo por tercera. Bueno, aún dada las circunstancias en que se terminó el período, era tiempo de celebrar el término de clases. Ya Diego se acerca al grupo y Carlos tocaba unos acordes en guitarra mientras a coro Camila y Carolina entonaban una canción de fogata. Andrea esperaba por Diego, hizo un espacio para que él se sentara a su lado, cómo no, si le gusta desde hace bastante tiempo y cree que esta noche puede ser la oportunidad de ligar con él, Andrea ingreso dos años después a la universidad proveniente de Iquique convalidó los ramos para ingresar a ingeniería y ser compañera de Diego, ya en ese entonces sintió una atracción por él, pero las circunstancias hicieron que fuera una de sus mejores amigas, en la que Diego confiaba ciegamente y le causaba dolor sin saberlo al contarle de sus conquistas y sus aventuras con otras chicas, en tanto Andrea sólo soñaba con aquellas historias en que podría ser ella la protagonista. Camila y Carolina siguen entonando esa canción para luego pasar a otra y otra mientras hacen pausas muy cortas para beber algo de vino y unas cervezas dependiendo de las preferencias, claro está ya se habían aperado de bastante licor en el día como para que no faltase esa noche de celebración. Hubo un momento en que reinó el silencio y en ese instante todos se miraron con nostalgia tal vez pensando en que esta sería la última noche en que se verían tan unidos, es claro, por cuanto ya tendrían que prepararse para vivir nuevas experiencias en el ámbito laboral.
Luego de la pausa y de varios salud, nuevamente Carlos toma su guitarra y comienza otros acordes, esta vez para interpretar una canción de Andres Calamaro, Carlos recordó en ese momento la vez que vio a Calamaro en un concierto realizado en Buenos Aires y que coincidió con unas vacaciones de invierno el año 2005, por aquel entonces Carlos que estaba en segundo año aún no estaba convencido de la carrera que estaba estudiando, muy por el contrario, él quería ser cantante y estudiar música en la UPLA, sin embargo, la presión ejercida por su padre (un gran ingeniero y de mucho éxito) lo llevó a estudiar algo que no quería, al pasar los años poco a poco se fue convenciendo y logró terminar la carrera con muy buen desempeño, desempeño que ni siquiera él esperaba, pero hoy era tiempo de celebrar y siguió entonando esa canción de Calamaro. Poco a poco, se fueron sumando a los coros y comenzaron a pedir canciones que fueron parte del repertorio obligado de carretes cuando estaban en la U.
Hicieron una pausa, para contar algunas de las anécdotas vividas en su tiempo de universidad, reían a carcajadas cuando se acordaron la tallita que le hicieron a Cristian en el día de su cumpleaños. Diego dice: “Se acuerdan de aquella vez en que estaba de cumpleaños el “chato” (así le decían a Cristian porque siempre andaba con sueño o cansado, entonces cuando alguien le preguntaba cómo estaba, éste respondía “Toy Chato Weon”). Siiiiiiii me acuerdo! Responde Carlos, claro dice Diego si ese día estábamos todo el curso esperando que llegara el chato, para variar llegó en la segunda hora de clases, lo esperábamos con ansias y este no aparecía. Cuando llegó todos lo miramos y el levanta la mano como en una especie de saludo a lo mas miss universo, bastó que tomara asiento cuando la “turca” (la profesora de economía, a quien por tener una nariz algo pronunciada le pusieron ese sobre nombre), lo hace pararse y le dice: Sr. Montes, ésta es la última vez que acepto sus atrasos, en reiteradas oportunidades Ud. ha llegado atrasado e interrumpe la clase, ¿Qué se cree?... pero, pero señorita –contestaba el chato- No, no, no me diga nada, estoy harta de tolerar este tipo de patudeces, pero, pero señorita… ya no daba mas el pobre estaba como tomate y ya no sabía que hacer, la turca lo estaba increpando frente a todos sus compañeros y este no tenía forma de defenderse. Cuándo estaba al borde de las lágrimas…la turca lo hace acercarse a la pizarra, lo para en frente de todos nosotros y nos dice: Ok, chicos, espero que les quede claro la lección, entonces ahora, 1, 2, 3, ¡Cumpleaaaños Feeelizzz, Te deseamos a ti, cumpleaños “Chaaaattiiitooo” que los cumplas feliz!, jajajajaja, la cara de ese weon, dice Diego, sí replica a carcajadas Carlos, las chicas también reían y venía a sus mentes el recuerdo de ese día, yo pensé que iba a llorar, dice Camila, y yo que se iba mear! Dispara Andrea. En eso el “Chato”, que también reía junto a sus amigos dice: Ahhh, pero eso no es nada comparado con la tallita del flaco (ese era Carlos, el apodo era bien merecido ya que de sacarse la camiseta se le veían pronunciadamente sus costillas), ¿cuál? Pregunta Andrea, Ah es que tú aún no llegabas a la U, responde el Chato. Ya pero cuenta, cuenta solicitaba en tono inquisidor Diego. Está bien, dice el Chato, esta historia la conocemos solo los hombres, por lo que les pido total reserva. ¡No weí poh Chato! Increpa el Flaco, Relájate Weón si estamos en confianza, y nuevamente Diego inquisidoramente solicita al Chato que cuente la historia, mientras las chicas con cara de asombro veían a los chicos ponerse de acuerdo (de todos modos con el morbo de saber cuál era la historia). Ok Ok Ok, y dice….. resulta que el flaco cuando pasamos a segundo éste nos cuenta a la vuelta de vacaciones que se había enamorado perdidamente de una mina que conoció en el verano, la Toña algo así se llamaba, la verdad es que no recuerdo bien, el tema es que webió durante tres meses con la mina y se iba a casar… Ya poh weón si no tení pa que entrar en detalles, reacciona el Flaco, calma Flaco le dice el Chato no interrumpas, bueno, sigo con la historia, no me recuerdo si les dije que se quería casar. Sí ya lo contaste, le dice Carolina.
Ah ok, se quería casa el weón!!!! Y llevaba como tres meses!!!!, pero bueno, el tema es que el Flaco nos contó y nosotros nos cagamos de la risa, “no puede ser tan weón”, no nos pescó, es más se calentó con nosotros por una semana mas o menos, no nos hablaba y no nos contestaba el teléfono, así que nos pusimos de acuerdo con el “Negro” (ése es el apodo que le pusieron a Diego, la verdad es que era un apodo sarcástico porque de negro no tenía nada, los rasgos italianos heredados de sus padres, era de piel blanca, pelo castaño claro y de ojos claros semi verdosos, como verán negro no era) para hacerle una “despedida de solteros”, jajajajaja, me acuerdo y me cago de la risa, el tema es que lo pillamos luego de una clase (obviamente de esas clases a medio día porque temprano no aparecía) y lo invitamos a salir, él no sabía que le celebraríamos la “despedida de soltero” si ni siquiera tenía fecha de matrimonio, pero igual, así que nos juntamos un viernes y salimos los tres, él no andaba con lukas, y nosotros nos conseguimos para darle la mejor despedida de solteros de su vida (pensábamos que estaba destinado al divorcio y más de una vez iba a celebrar una despedida), así que nosotros queríamos hacer la mejor de todas. Lo llevamos a un lugar donde las chicas que atienden se hacen el vestido con una corbata, jajaja es wena esa dice el Flaco, ¿ese era un topless? Pregunta Camila, obvio responde el Chato.
Llegamos al topless y este pregunta y ¿para que me traen acá?, para hacerte tu despedida de soltero poh weón! Pero si ni siquiera tengo fecha, igual te queríamos dar la sorpresa le dijimos. Nos pedimos unos copetes y llegó la Daisy, la mina de moda del lugar, lo dejamos solo por un rato pa´ que la mina le hiciera un show, ese weón miraba pa´ todos lados, dice el Negro, estaba más urgido, dice el Flaco. Estaba en lo mejor el show cuándo se deja caer una redada, jajajajaja se ríe el negro, y ¿adivinen quien iba a cargo de la redada?, dice el Chato, Era el papá del Flaco!!! Afirma el Chato (el papá del Flaco era el Prefecto en esos años de Viña del Mar), jajajaja la carita del weón, cuento corto, es que hasta ahí nomás llegó la celebración, nos sacaron cagando del local y al Flaco se lo llevaron de una oreja a la casa. Jajajajaja todos riéndose de la tallita del Flaco.
Ya poh, y cuéntense una de las minas, dice el Flaco.
Ellas se miran con cara de complicidad y Carolina dice, no, no tenemos nada que contar.
¿Pero cómo no van a tener nada que contar? Increpa el Flaco.
Bueno ya! Dice Camila, Carolina y Andrea miran con cara de desconcierto y de preocupación pensando, en qué iba a contar Camila, y la historia de quién iba a contar. Ambas dan unos largos tragos de su vino o cerveza según la preferencia.
Resulta que estábamos las tres juntas, esto fue el año pasado, (prosiguió Camila) (por un momento hubo un suspiro de relajo entre Carolina y Andrea, tomando en consideración que la historia las involucraba a las tres y no estaría de protagonista ninguna en forma individual). Alguien quiere una quemaíta – interrumpe el Chato - , pasando un pito de marihuana que ya había encendido y le había dado varias piteadas, y que mas que un pito parecía un habano por el tamaño.
Bueno, estábamos las tres súper parkeadas en la casa de de la Carola, habíamos terminado de estudiar y empezamos a ver tele mientras hacíamos la hora pa´ irnos de carrete, ya eran cerca de las 12 de la noche y luego de unos llamados telefónicos, nos pusimos de acuerdo y nos fuimos al puerto. Llegamos y nos encontramos con unos amigos, fue el fin de semana que ustedes se fueron a la Serena, ¡ah verdad!, puta que la pasamos bien esa vez – exclama el Negro – mientras el Flaco y el Chato asentían mirando al cielo como recordando. Bueno, la verdad es que no teníamos claro a que local íbamos a entrar así que nos fuimos a chelear antes de decidirnos, dáme una quemá, dice Camila he interrumpe por un momento su historia, luego de la piteada bota el humo y prosigue, yo quería ir al Playa, la Caro al Dique, y la Andrea al Proa, los demás también tenían ideas diferentes, así que de común acuerdo, nos fuimos todos a las torpederas, nos compramos uno copetes y partimos (era mas barato que ir aun local), puta, estuvimos harto rato tomando y conversando, ahí se empezaron a formar unas parejas y estaban pinchando varios (no voy a entrar en detalle) jajajaja ríe, el asunto que estábamos tan entusiasmadas que no nos percatamos que estaba subiendo la marea y cada vez más y más. Seguíamos tomando cuando de la nada aparece una ola mas grande que la cresta y nos moja a todos, weón hubieran visto como quedamos empapadas hasta los calzones. Jajajaja reían todos a coros (estaba haciendo efecto la macoña). Puta, no sabíamos que hacer porque estábamos pa´ la cagá, asi que nos dio la weá y terminamos todos bañándonos en ropa interior en la playa. Jajajajaja seguían riéndose a carcajadas (el efecto de la marihuana ya estaba en su pick).
Que wena, exclama el Negro, Y, ¿no hay nada del Negro? Dice la Caro.
Ya eran cerca de las 6 de la mañana y faltaba poco para que amaneciera, de echo estaban apareciendo los primeros rayos de luz (era prácticamente el verano).
¿Supieron esa cuando el negro llegó pal pico a la casa y lo estaba esperando la mamá?, comenta el Chato.
Jajajajaja sí, dice el Flaco.
Noooooo, a coro las chicas, cuenta, dice Andrea.
Lo que pasa es que, nos fuimos a jugar un partido de fútbol al sporting, después de estar una hora y media más o menos jugando, - ah ese día ganamos complementa – nos fuimos al tercer tiempo, nos habíamos llevado caleta de chelas y empezamos a chupar, yo andaba con unos caños y comenzamos a fumarlos, el negro era la primera vez que se fumaba un pito y dio más jugo que la cresta, mientras nosotros seguíamos chupando este weón andaba bailando como indio africano. Jajajajajaja reían a coro, después de un rato, parece que se cansó el weón y se fue a sentar al lado de nosotros, estábamos piola chupando, cuándo le dio la pálida y se wutreó entero, wua la wueá asquerosa!!! Exclama Camila, Si weón contesta el Chato, el asunto es que andábamos con el equipo de fútbol nomás y sin cambio, así que agarramos al weón y lo llevamos a un camarín pa´ darle una ducha de agua helada mientras alguien que no recuerdo quien le enjuagaba la ropa (hay que tener tripas pa´ hacer esa weá), esperamos que despabilara un rato y con el flaco lo tomamos pa´ llevarlo a su casa, todavía iba pa’ la cagá, pasamos a comprarle un café y nada, seguía igual. Cuándo llegamos a la casa, no sabíamos como hacerlo, la mamá capaz que nos agarrara a chuchás o nos iba a garrar mala, así que inteligentemente, lo dejamos como a un huerfanito sentado en la puerta de su casa y tocamos el timbre pa´ salir corriendo. Ahí lo dejamos, y nos escondimos entre unas matas a esperar que abrieran la puerta, pasaron unos minutos y nada, no salía nadie de la casa, así que decidimos ir a tocar nuevamente, lo tiramos al cachipun y al final decidimos ir los dos con el Flaco. Llegamos bien piola, tocamos el timbre y cuando íbamos a correr. Tack se abre la puerta y ahí estaba la mamá. Chuuuu, nos miramos con el Flaco y qué íbamos a hacer estábamos cagaos nos habían pillado. Jajajajaja ahí nos quedamos, haciéndonos los weones, Hola tía, le dice el Flaco, ella lo queda mirando mas caliente que la cresta y le dice ¡¿Qué significa esto?!, hem, lo que pasa tía es que el negr… perdón el Diego tomó un poco mas de la cuenta y no sentía muy bien, así que lo trajimos a la casa para que no le pasara nada. Jajajajaja, todos reían. Ya, nos dijo, ya que están aquí por lo menos ayúdenme a llevarlo a su pieza. Asi que entramos y lo dejamos en su pieza, todavía tenía la ropa mojá el weón. Jajajajaja.

¿Qué hora es?, preguntó Camila, uff, son las 6 y media, responde el Negro.
Está claro, dice el flaco.
Puta que pasó rápido la hora, exclamó el Chato.
Si, me dio sueño, dijo Andrea.
¿Qué pasa si dormimos un poco la mona, preguntó Carolina.
¿Queda algo pa´ tomar?, preguntó el Chato.
No, no queda nada, nos tomamos todo, contestó el Negro.
Ya poh, habrá que dormir un poco entonces, replica el Chato.
Ok, ok, ok responden todos a coro.
Así, Diego, se acerca a Andrea, la abraza y se recuesta en la arena a dormir, por su parte Cristián hace los suyo con Camila y Carlos con Carolina.
Todos recostados, con una sonrisa en sus labios, sintiendo que la habían pasado muy bien, cerrando los ojos uno a uno en forma de cascada, se pusieron a dormir.

- FIN -

No hay comentarios: