27 de Febrero de 2010, 03:45 horas, lo que comienza como un simple movimiento telúrico a los cuales estábamos más que acostumbrados, se tornó cada vez más intenso y con ello lo que ya muchos chilenos sabemos en qué terminó.
Esa noche volvimos de unas lindas vacaciones desde el sur (Valdivia) junto a mi novia, en el trayecto obviamente nada hacía presagiar lo que sucedería y lo que enlutaría a nuestro país, llegamos aproximadamente a las 11:30 horas a Viña del Mar, luego de pasar por nuestro departamento ubicado en la zona centro de Viña nos juntamos para celebrar nuestro arribo con unas amigas en algún local de San Martín, en efecto, llegamos cerca de las 12:00 horas a un local repleto de jóvenes dispuestos a disfrutar de una cálida noche festivalera, luego de tomar un trago nos dirigimos a otro local, el cual estaba bastante más despejado, ahí disfrutamos de unos mojitos comentábamos nuestras vacaciones y disfrutábamos de las entretenidas historias de cada uno de nosotros.
A las 03:43 horas app., volví al local a juntarme con mi novia a amigas luego de comprar cigarrillos (hay una foto que ilustra ese instante en que me aparecí tras un vidrio y que inmortalizó ese instante tan particular), tomo asiento y comienza el vaivén que como contaba anteriormente era tan solo eso, un movimiento al cual estábamos muy acostumbrados, sin embargo, subió de intensidad y cada vez se hacía más eterno, al lado de nuestra mesa había una pareja que al parecer no eran de la zona y según me di cuenta, tampoco estaban acostumbrados a este tipo de experiencia (yo ya había vivido el terremoto del 85` tenía 7 años en ese entonces), la pareja se quedó sentada petrificada, solo se miraban de frente y no decían ni hacían absolutamente nada, en el intertanto, mi novia y amigas se levantaron de la mesa con dificultad, era casi imposible mantenerse de pie y se pusieron bajo la mesa que hace unos minutos nos servía para posar nuestros vasos y ahora era refugio, eso sucedía y la pareja seguía inerte, mi novia me alerta que un parlante de grandes dimensiones no cesaba de sacudirse y estaba sobre la chica inerte, la conminé a levantarse por el peligro que corría al seguir ahí y ella no daba señales de entender lo que le estaba advirtiendo, no dilaté la situación, la tomé de una brazo y la saque de la zona insegura, pasaron unos segundos y un estruendo ensordecedor le restó protagonismo a la sinfonía de botellas que chocaban entre si y caían al suelo, por segundos no le cae encima. No acababa ahí seguía el movimiento y el tratar de mantener la calma. Termina el movimiento y nos quedamos para ver si todos estábamos bien, afortunadamente no sufrimos daño alguno pero estábamos algo sobre excitados por la experiencia, a la cual no le tomamos el peso sino hasta que llegamos a nuestro departamento (que quedó sumamente destruido, sin vidrios, estanque del agua hecho trizas y todo en el suelo), unas horas después escuchamos por radio el desastre que había ocurrido en la zona sur de nuestro país. Toda historia tiene dos caras Veníamos del sur, por esas cosas de la vida decidimos venirnos dos días antes de lo presupuestado, pasábamos una linda velada junto a amigos y pasamos junto a ellos una de las experiencias mas fuertes que se puede pasar, ahora no nos une solo una linda amistad ahora nos une historia.
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